MADRID. La crisis española ha dirigido sus tridentes a todos, pero
tiene agudeza preferencial por
comunidades nacionales vulnerables, como
la dominicana, en la cual está ahora la opción el regreso a Santo Domingo o, en
el caso de los más preparados profesionalmente,
irse a Londres, donde hacen falta cuadros especializados.
La radiografía humana de los
dominicanos en España, de acuerdo con los datos del Consulado, es así de 140 mil personas, el 61% son mujeres, el 39% son hombres., 55.554
viven en la capital española, 15 mil en Barcelona y 6 mil en Valencia. El
desempleo está en la franja de entre el 70 y el 80%.Si se habla de comunidad
dominicana en Madrid, hay que caminar a pies por Cuatro Caminos y mezclarse con
la gente:
Amilcar Rodríguez, es un
ingeniero electromecánico, que habla tres idiomas, que fue profesor en Infotep,
está aquí, en una esquina de cuatro caminos, sin empleo. Tiene incluso visa
norteamericana, pero su meta es, como la de muchos otros, Londres, donde las
condiciones laborales y sociales son mucho mejor.
Ana Celia Pérez Encarnación,
nacida en Monserrate, Tamayo, cuida a personas por medio de una empresa que le
asigna diariamente, por horas, las personas a las que debe cuidar. Pérez
Encarnación sostiene que la embajada dominicana debe acompañar más a los
dominicanos sobre todo en los actuales momentos de crisis.
El consul dominicano Frank
Bencosme, un odontólogo que vino en los años
90 cuando España necesitada esta especialidad y el titulo se convalidaba
automáticamente, que nunca había visto una situación socio-económica tan
deprimida.“Cuando nos reunimos con grupos de dominicanos, 50 -60 personas, y
pedimos que levanten las manos quienes tengan trabajo, resulta que solo cinco o
seis lo tienen, y casi siempre mujeres, que tienen mejores condiciones para ser
asimiladas en los trabajos domésticos, cuidado de personas envejecientes o
lesionadas, salones de belleza”.
Destaca que, pese a la crisis se impone el el
espíritu luchador y emprendedor de la colonia. Las mujeres además de dedicarse
a los trabajos domésticos, también incursionan de manera enfática en los
trabajos de peluquería, los hombres que han dejado el trabajo de la construcción
también, están buscando trabajo como jardineros y cuidando personas
ancianas, los que tienen suerte. Y los jóvenes estudian, se preparan, hacen
deporte, fomentan la cultura dominicana”.
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