Cuando el amor se va, entonces se silencian todas las palabras.
Es cuando llega ese momento ungido de desesperación por el vuelo de las incertidumbres doradas. En ese momento cuando se les ocurre languidecer a cuantos recuerdos pudo haber.
Cuando el amor termina, se incendian las ternuras compartidas.
Cuando el silencio ocupa el lugar del devenir de ilusiones y sonrisas, entonces, hasta el vino es agrio y viento envenena con sus huestes rìspidas.
Cuando el amor termina, la fiesta del color aborda grises inenarrables.
Cuando el amor termina, se asfixian las mariposas y el dolor se encamina por las avenidas principales de ese sinsentido..
Es que cuando el amor se va, por lo que fuera, el candente y ordinario ondón de las cada una de las temerosas olas de la nada.
Es indefiniblemente espectral cuánto ocurre cuando el amor se va.
No bastan las palabras. Se ridiculiza el llanto como respuesta al final inesperado.
Cuando el amor se va, se cierran todos los caminos. Se clausura toda ruta conocida.
Y tan solo queda una pregunta: ¿qué ocurre en la garganta de cada amor frustrado...cuando el amor se va?
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