COTUI. Con la muerte nadie quiere hacer conciliaciones, ni
recibir ofertas. Es parte de un rechazo a la idea del final de la vida que, aun
cuando es seguro e inexorable para todo el mundo, rechaza todo lo relacionado
con la muerte.
Pero hay gente, como quienes fabrican ataúdes, que
deben vivir y su negocio es que la gente que muere, sea servida con su mercancía.
Por ello, no es extraño que también para promover la
venta de ataúdes, el propietario de la Fábrica San Antonio, en Cotuí, oferte
gratis el entregar 100 sillas por 24 horas, tiempo justo para el velorio de la
persona fallecida.
Creatividad y aplicación del criterio de que “negocios
son negocios”.
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