En Tinglado de Acero, que inicia sus funciones mañana
miércoles 18 en la explanada sur del Palacio de Bellas Artes, resaltan: el desempeño
físico-psíquico y la entrega a sus roles
de sus cuatro personajes: Licelotte Nin, Leytter Mena, Belnis Aquino y Gianny Beltré, su vestuario
y escenografía (a cargo de Santiago Alonzo) y sus textos, dotados de una
fuerza poético-dramática en los cuales el autor no se repite en formas y giros lingüísticos
a partir de sus dramaturgias anteriores, se llega a la conclusión de que se está
en presencia de una corriente teatral que tiene lecciones que aportar y
experiencias a ser estudiadas.
Su autor,
quien acaba de Haffe Serulle acaba de ganar el Premio Nacional de Teatro Cristóbal
de Llerena 2013,
por su obra "Un sueño azul para morir”
nos ofrece una magnífica economía de personajes, solo cuatro roles, todos
protagónicos.
El autor transporta al público a un mundo de fantasías
textuales y acrobáticas que hablan de libertad, de silencios, de encuentros y
partidas. Serulle tiene un ímpetu de sus
montajes, una calidad poética de sus
textos y un rejuego entre lo dramático y lo acrobático en escena.
Es resaltante de Tinglado de Acero la pieza en si
misma, su sentido de trascendencia y no simplemente el singular escenario que inspiró al autor
para escribir una pieza teatral, ni que sus presentaciones sean limitadas a 50
personas y nadie más, ni las volteretas acrobáticas parte de una verdadera tradición que ha ido creando Haffe Serulle,
con sus estudiantes egresados de la Escuela de Teatro de Bellas Artes. No. Nada
más lejos de las esencias conceptuales que a que debe inducir esta obra.
Lo realmente importante en Tinglado de acero lo
constituyen los textos y su forma única de ser interpretados, parte de un
sistema de expresión escénica que ha
adaptado su director, perfilando una cuestión teatral que, más que digna de
reconocimiento, requiere un estudio dramático a fondo para singularizarle como
aporte expresivo forjado a partir de un quehacer criollo con vocación global.
Haffe Serulle descubrió que el Paraboloide Sur del
Palacio de Bellas Artes, era un ambiente teatral propicio para escribir una pieza
para ese espacio determinado, pero no es ésta la única característica que hace
único este montaje.
La pieza de 55 minutos tiene el patrocinio del Ministerio de Cultura, la
Fundación Ciencia y Arte y la Dirección General de Bellas Artes. Las funciones
son para las 50 personas que caben como público en el Paraboloide de Cristal
ubicado en el frente sur del Palacio de Bellas Artes, frente a la avenida
Independencia.
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