¿Quién manda?,como el Alacrán es la gran sorpresa

Tras ver ¿Quién  Manda?  nos queda el convencimiento de que se está en presencia de un proyecto elaborado con pasión, realizado normas excelentes de calidad cinematográfica y ante una demostración del poder y el empuje de la juventud cineasta, en procura de nuevas formas de expresión, aun cuando apelen a géneros tan socorridos como la comedia romántica.
Hoy, con quien manda, abre a su vez las puertas a un desconocido director joven, Ronni Castillo,  nacido en Elías Piña y entrenado por Ángel Muñiz, para quien es éste su  primer largometraje, para constituirse en una de las sorpresas del proyecto, cuyo eje transversal parece ser el talento joven.
¿Quién manda? es una sorprendente  comedia  romántica,  contada en un tono nuevo, melodramático, sí, previsible en trama, también;  diferenciada por el  mérito  de su honestidad en el mensaje por la búsqueda del amor verdadero, de  sinceridad e intensidad en sus actuaciones;  de validez inteligente en el uso de los recursos del cine, particularmente de la nitidez  noble de la  fotografía (responsabilidad de Peyi Guzmán, en uno de sus trabajos más  dignos); el cuidado  en   la  dirección de arte,  de Lorelei Zainz;  el universo sonoro que aplica con altísima efectividad la música como sostén de los momentos cruciales, con temas musicales originales que sorprenden por su acabado profesional. Gracias a León Yamil y José Delio Ares por esa partituras. Este último hace la edición que resulta  es precisa y contribuye a la fluidez de la historia.


Frank Perozo, quien lloró durante sus palabras de agradecimiento, era anoche el ser más feliz de la tierra, junto a Naslha Bogert, al constatar el impacto y la conectividad de la cinta con el público.
El modelo de comedia que plantea ¿Quién Manda?, si bien no es la primera (ni será la última) en que se plantea la lucha de los géneros por  el control de la relación amorosa,  un concepto, que es magníficamente manejado por el guión de Daniel Aurelio Pérez y Ronni Castillo.


El guión se orienta a emplear un recurso inexplotado en el cine dominicano: el parlamento del protagonista,  dirigiéndose directamente al público, 
Un texto tremendamente bien logrado que  debe dar un buen resultado. Obviamente que requirió de investigación de la imaginería y creatividad popular.


¿Quién Manda? tiene  siete factores a su favor para conquistar el gusto del público.
El primero es el tratamiento de la historia, que resulta refrescante.
Lo segundo es  la universalidad del tema que le saca de los enfoques nacionales y que le permite ser presentada en cualquier parte del mundo
 Lo tercero, la impecabilidad de su construcción  en base a los recursos del cine bien manejados.
Lo cuarto: lo atractivo de las figuras del elenco.
Lo quinto: las escenas íntimas y particularmente los besos entre los dos protagonistas. Pudieron haberse sugerido más sutilmente.
El sexto factor es la conexión que operará con el público joven, por la contemporaneidad con el elenco y la producción. Se siente como “comedia juvenil”, ubicada en clase media y media alta.
El séptimo es el interés por el tema  de las relaciones de pareja de corto plazo, la soledad emocional de las parejas, el egoísmo y manipulación masculina, el empoderamiento de las mujeres frente a las embestidas  afectivas de los varones.
Tiene elementos deficitarios: La primera  es la relación íntima de los protagonistas era innecesaria ya que se  podía dejar fuera y referirla mediante el diálogo en  la escena siguiente, en la cafetería, de la calle El Conde.
El uso   innecesariamente detallado de los besos entre los dos protagonistas  (las más explícitas y sensuales vistas hasta ahora en el cine local), sobre-expuestas con una finalidad claramente comercial.
Mickie Montilla sobre-actúa en sus escenas iníciales.
La introducción de los anuncios de los patrocinadores, que puede ser mejor lograda.
Hay, en cambio, muchos elementos positivos: La destreza del director para hacer fluir los recursos del cine en favor de una historia que se presta a aprovechar sus filones y sub-temas.
La actuación de Nashla Bogaert, (Nathalie) sobre todo en la escena cuando Perozo (Alex) le anuncia el término de la relación, equiparable a la del protagonista cuando comienza a sentir la soledad y el error que ha cometido.
Las actuaciones de Augusto Feria (breve pero evidenciando su veteranía); la de Amaury Pérez, la del personaje secundario que representa Larimar.


Ficha
Dirección: Ronni Castillo; Producción Ejecutiva; Larimar Films; Productor Frank Perozo; Productora Asociada: Claudette Lalí; Productor de Línea: Carlos Germán; Dirección de Fotografía: Peyi Guzmán; Guión Daniel Aurelio Pérez y Ronni Castillo.

Elenco: Frank Perozo, Naslha Bogaert, Cuquín Victoria, Mickie Montilla, Amauris Pérez, Milagros Germán, Sergio Carlo.

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