En la
Sala Ravelo del Teatro Nacional hay , éste fin de semana y el próximo, una
comedia que permite conocer y disfrutar el intento de hacer escenario en otro
tono, al personal de varios de los programas de Telemicro: Apartamento 5, El
Lío. Es divertido, pero no es teatro.
Si lo
que usted aspira es reírse un buen rato, obviando deficiencias interpretativas y el carácter de
velada estudiantil que asoma en más de una oportunidad, ese es un espectáculo
que puede ir a ver.
Tras
ver Apartamento 5, la primera observación es la que confirma la necesidad de la
risa lúdica, por el mecanismo que fuera y que pueda llevar la gente a
desconectarse de una cruda realidad matizada por el incremento de la violencia
y la criminalidad.
Esta
pieza cómica tiene éxito en lograr la risa, en llevar un mensaje que se puede
valorar como positivo, por la necesidad de reflexionar sobre la unidad
familiar, la fidelidad o infidelidad, la ambición desmedida y el afecto
verdadero, basado en el desapegarse de los bienes materiales y el dinero como
fuente de provocación de las peores actitudes instintivas, hipócritamente
simuladas.
En ese
sentido, se le puede recomendar que asista a las funciones de la comedia
Apartamento 5, El Lío, pero…al tiempo de decirles que pueden acudir a Sala
Ravelo para disfrutar del empeño teatral de los talentos de Telemicro y sus
principales programas de humor, es
saludable resaltar que el ser actor demanda entrega profesional, estudio a
fondo, ensayos hasta dejar la piel en las tablas a media noche.
Este es
un teatro de facilismos que no es teatro. Josema Rodríguez puede dar mucho más,
tanto en su labor de maestro de actuación y como productor.
Con las
excepciones del propio Rodríguez, que tiene indudablemente la chispa que dan la
inspiración y la experiencia, la hilarante actuación de Paco Vargas (Vecino),
el magnífico gago que hace Miguel Pérez Santana
y los lances casi dramáticos de Jenny Blanco, al resto del elenco le
falta recorrer tablas para lograr distanciar el teatro de las funciones
escolares.
El
teatro, aun cuando sea presentado en su forma más hilarante, la comedia, es una
cosa seria. A juicio de estudiosos del arte dramático, no hay nada más serio
que hacer reír. Porque lo grande no es lograr la risa en si misma de parte de
un público, generalmente cómplice emocional de los ejecutantes, sino lograr la
carcajada como resultado de un proceso de formación teatral que demanda muchas
horas de ensayo, mucho tiempo de concentración, muchas jornadas de sacrificio
en tiempo y pesos emocionales.
Hay
pocas cosas tan serias como el compromiso del actor para con su público,
exigencias que demandan una entrega que no tiene nada que ver con la hora de
inicio de las carcajadas.
El
equipo
Dirección,
musicalización y libreto: Josema
Rodríguez. Escenografía: Carlos Ortega, regiduría en escena; Jacqueline Marte:
Elenco: Nahiony Reyes/Cristal Segura, Jenny Blanco, Caroline Aquino, Alexander, Miguel Pérez, Rafael Bobadilla, Paco Vargas y Brea Frank.
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