La carta de Juan Bosch desde Palacio, ya derrocado hace 50 años

Foto: Fundación Juan Bosch
Hay documentos que no se pueden perder en los giros incesantes de la historia, como esta carta escrita por el Profesor Juan Bosch, en el Palacio Nacional, cuando preso de las fuerzas golpistas que derrocaron su gobierno constitucional un día antes, el 25 de septiembre de 1963.
El documento, un baluarte de dignidad, nos la remite hoy temprano Matías Bosch, de la Fundación Juan Bosch, con esta introducción:
“Envío adjunta la breve carta, de 220 palabras, que Bosch pudo dirigir al Pueblo desde el confinamiento en el Palacio Nacional. Si es posible, agradecemos sea difundida y publicitada.

Hoy se conmemoran 50 años del apresamiento y posterior destierro del Presidente constitucional Juan Bosch en República Dominicana. Junto a ello, se derrocaron los demás poderes públicos, incluyendo el Congreso, y quedó derogada la Constitución revolucionaria de 1963.

La carta adjunta queda como testimonio vivo de una gesta que debe ser recordada y, sobre todo, continuada históricamente hasta ver su éxito pleno.”

La misiva es ésta:

El Presidente de la República Dominicana.
Al Pueblo Dominicano:
Ni vivos ni muertos, ni en el poder ni en la calle se logrará de nosotros que cambiemos nuestra conducta. Nos hemos opuesto y nos opondremos siempre a los privilegios, al robo, a la persecución, a la tortura. Creemos en la libertad, en la dignidad y en el derecho del pueblo dominicano a vivir y a desarrollar su democracia con libertades humanas pero también con justicia social.
En siete meses de gobierno no hemos derramado una gota de sangre ni hemos ordenado una tortura ni hemos aceptado que un centavo del pueblo fuera a parar a manos de ladrones. Hemos permitido toda clase de libertades y hemos tolerado toda clase de insultos, porque la democracia debe ser tolerante; pero no hemos tolerado persecuciones ni crímenes ni torturas ni huelgas ilegales ni robos porque la democracia respeta al ser humano y exige que se respete el orden público y demanda honestidad.
Los hombres pueden caer, pero los principios no.
Nosotros podemos caer, pero el pueblo no debe permitir que caiga la dignidad democrática. La democracia es un bien del pueblo y a él le toca defenderla. Mientras tanto, aquí estamos, dispuestos a seguir la voluntad del pueblo.
Juan Bosch,
Palacio Nacional, 26 de septiembre, 1963

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