Ayer jueves 19 de diciembre fue un tiempo especial para
mostrar la fuerza mágica que tiene el Origami frente a la niñez de condiciones
especiales.
Fuimos invitados por el Banco Mundial para hacer una presentación-taller
a las niñas, niños y jóvenes del Instituto de Ayuda al Sordo Santa Rosa de Lima.
Cerca de 100 personitas maravillosas, disciplinadas y aplicadas
a la enseñanza, participaron y nos dieron a los seres adultos y “normales” una lección de
concentración, creatividad y alegría.
Hicieron todas sus figuras, salvando con
gracia sus propias limitaciones sensoriales: algunos no escuchaban total o
parcialmente, algunos no hablaban total o parcialmente…
.incluso algunos con amputación
en una de sus extremidades superiores, y pese a eso…hicieron todo, con rapidez
y sentido artístico.
Fue una invitación que nos hizo el Banco Mundial, con
motivo del apoyo que presta a las entidades de servicio que beneficia.
Fue un baño de humanidad. Quien aprendió fui yo.
Aquí les presento algunas imágenes de aquel ejercicio de
humanidad.
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