Pese a su calidad como compositor, músico e intérprete,
pese a la incidencia que tiene su imperio mediático-artístico Vástago, que
fundara en Estados Unidos y que ahora ha
trasladado a Monterrey, en México, pese a la forma en que millones de personas
siguen sus discos y conciertos, tanto los personales como los de sus talentos adscritos a su sello productor, el evangelista
y cantor mexicano Jesús Adrian Romero no es aceptado por todos los cristianos. De hecho,
una parte de los más radicales en la promoción estricta del dogma cristiano, le
rechaza.
Esos cristianos indican que muchas de sus enseñanzas, sobre
todo las referentes al concepto humanista de que cada quien se acepte como es
(que consideran muy amplio y que da lugar a que se pueda ver como normal, por
ejemplo, la homosexualidad) o su
proclamada costumbre de orar con velas y en un ambiente perfumado de los
humos del incienso.
Se hecho, en su concierto Soplando Vida, Romero tocó este último
aspecto, al comentar la forma en que ora y compone, indicando que enciende
velas (que dice corresponden a los candelabros que cita la biblia) y
similarmente se expresó del incienso.
A estas objeciones se suman quienes desde el pastorazgo
cristiano, solo aceptan la música “oficial”! de los cultos (tipo Rios de Agua Viva)
y que ven los ritmos pop como algo no propio de la fe, e incluso les imputan
condiciones extrañas a la fe cristiana.
En cambio, es mucho mayor la cantidad de cristianos que le
acepta, le apoya en consicertos, en el consumo de discos y videos y que
respalda su labor desde Vàstago.
¿Cuál es la clave del abrumador éxito de masas al alcanzado por
Jesús Adrian Romero, fundador del
Ministerio Artístico-Cristiano Vástago como compositor, intérprete y
evangelista?.
Las razones de este impacto hay que procurarlas en el
concepto que desarrolla por lo bien escritos de sus textos, perfumados de poesía
y fe, escritos casi todos en su cuarto de adoración personal; en el estilo de interpretación
caracterizado por el color de una voz serena y penetrante; en su criterio
musicalmente exigente en la terminación de sus arreglos, todos girando alrededor
de la balada pop, de enorme poder de incidencia, compitiendo en muy buenas
condiciones con las canciones del género en el plano secular, en la calidad interpretativa
y técnica de sus músicos, a lo que suma los recursos profesionales de
sus producciones para conciertos, impecablemente empleados a fondo.
A estas condiciones, Adrian Romero, agrega su calidad de
evangelista-orador, que opta por un conversar tranquilo, reposado y sin el uso
del discurso condenatorio, sin clasificar a los cristianos entre buenos y
malos, con parlamentos que apelan a anécdotas y hechos cotidianos, a consejos
expresados en listados sencillos, que claman por la acepción de la gente de sus
propios talentos y condiciones, sin dogmatismos y con una apertura a un cristianismo vivido por
vocación y que llama a llenar la vida de las bondades que ofrece la aceptación sincera
de Jesús en el corazón de cada quien.
El concierto, presenciado por más de 20 mil personas, se vio amenazado a prima noche por la lluvia
(todavía al momento de iniciar caían “chispitas” de agua sobre la gente en sus
asientos del Olímpico) fue una recorrido por las canciones de la producción nueva,
Soplando Vida, como por los éxitos conocidos, con sus estribillos y coros interpretados conjuntamente con el público, cantados a viva voz por la gente : El aire de tu casa,
Quiero vivir pegao a ti, Fue por mí, El brillo de mis ojos, Aquí estoy yo,
Espérame, Ayer de vi, Mi universo, Me dices que me amas.
El disco Soplando Viva relata la historia del profeta
Ezequiel en el valle de los huesos secos, como parábola al trabajo que hacen
quienes desde los ministerios cristianos tienen tareas incómodas y escabrosas
de cumplir.
Ministerio eterno
La representación artística dominicana estuvo a cargo del
Ministerio Eterno, un cuarteto de afinadísimas voces con una gran calidad en
sus composiciones y fuerza en su unción.
Su tema “No hay lugar más alto que estar a tus pies” dio lugar a una
intensa comunión con el público que coreó el pegajoso y estimulador texto por
largo rato.
Ministerio Eterno fue una acertada decisión de programa porque
los artistas, respaldados por cinco músicos de altísima interpretación, mostró
talentos vocales singulares, sobre textos cristianos poéticos y de gran fuerza
en su mensaje. Sus cuatro canciones
fueron la mejor forma de dar paso al evangelista azteca.
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