ATLANTA, Georgia. En 1990, una joya histórica de la aviación norteamericana, un Douglas DC-3 de la década de 1940, que ya estaba descartado para el servicio, iba a ser destruida. Un grupo de nueve pilotos retirados consideró que no procedía esa destrucción y que, al contrario, esa nave debía ser la primera pieza de un museo que mostrara el origen y desarrollo de Delta Airlines. En la foto, periodistas de China, Japón, España y República Dominicana, en la primera parada del Museo de Delta.
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