Las líneas aéreas norteamericanas ofrecen un servicio útil de transporte (creo que más caro de lo que debe costar) y tienen orientaciones claras para que los pasajeros seamos tratados adecuadamente.
¿Pero ese propósito de Misión… se cumple cien por ciento?
No. Mucho del personal de esas líneas aéreas deja sentir un rechazo y expresa una discriminación contra nosotros, los pasajeros latinos. Dicho así de simple.
Una cosa es lo que digan los anuncios de la televisión y las vallas publicitarias. Otra, es el trato específico ya dentro del avión.
Quiero referirme a una actitud propia de algunas personas integrantes del equipo de vuelo de Delta, en servicio de la ruta Santo Domingo – NY.
Me parece que los ejecutivos de esas líneas (American, Continental, Jet Blue, Delta y otras) no se dan cuenta de que algunas de las personas con funciones a cargo del servicio, una vez que se cierra la puerta del avión, (lo que genera una particular relación de poder, en el cual los pasajeros somos quienes quedamos a merced de las actitudes y desvaríos de quienes nos “atienden”) .
Ese discrimen contra el viajero latino (que reitero no es corporativo, es individual, sectario y lamentable de parte de algunos cuadros profesionales que da el servicio), no lo siento en líneas latinas: Copa Airlines, Avianca y otras.
Ese discrimen contra el viajero latino (que reitero no es corporativo, es individual, sectario y lamentable de parte de algunos cuadros profesionales que da el servicio), no lo siento en líneas latinas: Copa Airlines, Avianca y otras.
Una parte de ese personal desarrolla una relación discriminatoria, de mal trato y de rechazo a quienes somos pasajeros latinos, y, dentro de los latinos, los dominicanos y dominicanas.
He comprobado que en vuelos de la misma categoría y pago, la merienda o almuerzo que se ofrece a ciudadanos, digamos de Asia o Europa, es mucho mejor que lo que se nos ofrece aquí. Una forma más de discrimen.
Estas líneas aéreas tienen ante si la posibilidad de tratarnos bien o mal. En oportunidades se trata de comportamientos individuales, como al efecto cuento ahora...
Parece que sus ejecutivos no se dan cuenta, porque están en sus oficinas y no tienen idea de las características degradantes con las que algunas personas de su equipo, tratan realmente a los pasajeros dominicanos.
Independientemente de la miseria de merienda que ofrecen (se supone que uno en su boleto paga una o varias comidas, de acuerdo al trayecto), el maltrato "selectivo", "no corporativo" (no es una línea bajada :"Traten mal a los dominicanos"), la rabia y la impotencia que embarga a uno cuando constata actitudes autoritarias y abusivas, no tiene una fácil descripción.
Fui pasajero de Delta Airlines en su vuelo 492 Santo Domingo-NY el miércoles 7 de octubre del presente año. Salíamos a las dos de la tarde.
Puede comprobar, cara a cara, la actitud -no de la empresa a la cual suponemos conciente de que un cliente no se debe maltratar- del maltrato y discrimen de que somos objetos los pasajeros dominicanos de parte de ciertas aeromozas, cuando el avión ha cerrado sus puertas.
Una aeromoza, no norteamericana, latina, la que se dirigía a los pasajeros por el alta voz, había solicitado que apagaran los celulares durante la salida. Yo estaba junto a un pasajero, que aun no lo había apagado, que lo estaba usando ya para hacerlo.
La aeromoza, parada junto a él dijo en un tono irrespetuoso e innecesariamente amenazador:
"Hemos pedido tres veces que apaguen los celulares
Si usted quiere puedo hacer que me acompañe fuera del avión".
El pasajero se sintió injustamente agredido y le dijo que ella tenía razón en pedirle que apagara el celular pero que no aceptaba que le hablara de esa forma y le invitó a que cumpliera su amenaza:
"Puede bajarme cuando lo considere.
Pero usted no tiene derecho a hablarme asi. Abusadora"
Se creó una situación muy tensa. El pasajero, hablando firme y llamándole respetuosamente "Señora" la puso en el lugar que debía estar. No levantó la voz más de lo necesario para que fuera escuchado por ella y por quienes estábamos cercanos. Quien le hablaba así era un profesional responsable de uno de los más grandes eventos de promoción del libro que se montan anualmente en la República Dominicana.
La señora no se inmutó. Su actitud se mantuvo en actitud ofensiva, pero silente.
La señora no se inmutó. Su actitud se mantuvo en actitud ofensiva, pero silente.
Esa aeromoza conocía perfectamente del poder de una amenaza como la que hacia. Ejercía un poder que sus ejecutivos no sabe que ella utiliza. Se sentía una persona de mala leche, de mala onda. No se excusó y mantuvo una actitud agresiva todo el viaje. Esas actitudes son vergonzantes. Y lo grave es que los pasajeros no protestamos.
Y lo extraño es que en esa misma línea, ya de regreso el domingo 10 de octubre, en el vuelo 493 a las 9 de la mañana, me encontré en el Aeropuerto John Kennedy, con un personal completamente distinto. Atento, servicial y muy profesional. ¿Cómo se explica un desequilibrio tan notable en Delta? Me parece que la razón hay que hallarla en las diversas personalidades, en los vacíos y frustraciones que tienen en un momento determinado, esas personas y que nos cargan a nosotros con su mala leche.
Mañana lunes estaré presentando una queja en Pro-Consumidor contra el comportamiento de esa aeromoza, quien no debería tener acceso a trato con el público.
Nos hace falta una línea aérea nacional. Qué compita en calidad de precios y servicio con las norteamericanas.
Con los datos de vuelo, fecha y hora, me parece suficiente como para poder ubicarla y decirle que su lugar no puede ser el servicio a bordo. Hay almacenes de Delta que deben abrirse de par en par, para que individuas como ésta, no sigan echando por tierra el nombre de una empresa a la cual no le conviene para nada este tipo de incidente, por demás frecuente, pero que se benefician de que los pasajeros nos metemos la lengua por ese mismito lugar, donde no da el sol.
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