Ahora que he perdido mi madre, la actitud más lógica de parte de quienes me aprecian, es la de presentar su condolencia y expresar solidaridad por el "momento que estás pasando".
Pero resulta que estoy tranquilo, en armonía total, en paz y hasta el disfrute de una alegria indefinible. Si, usted no leyó mal: una alegría. No la que usualmente conocemos como "alegría". No. Otra alegría.
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Mi madre Ana Gisela Sosa murió mientras sostenía con ternura las manos de sus hijos. Desde hacia nos años, tenía oficialmente 64 - según su cédula- pero eran 84 en la realidad, padecía de las complicaciones propias de esa edad adulta.
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Mi madre Ana Gisela Sosa murió mientras sostenía con ternura las manos de sus hijos. Desde hacia nos años, tenía oficialmente 64 - según su cédula- pero eran 84 en la realidad, padecía de las complicaciones propias de esa edad adulta.
Ha partido en la paz del Señor.
Hicimos cuanto se pudo hacer para preservarla.
Pero no fue posible y ahora debe estar residiendo en los jardines del firmamento más alto.
No estoy triste, cuando fuera normal que lo estuviera.
he podido dormir estas noches en la cuales en nuestra casa ya no suena de noche su capanilla cuando ella necesitaba algo. Ya no se escucha su voz y todavía seguimos girando en torno a su recuerdo.
Pero estoy armónico conmigo mismo y con esta circunstancia.
No estoy feliz.
Estoy tranquilo. Y más que tranquilo, alegre de una forma especial: fuimos hijos dignos de ella, la amamos y cuidamos hasta cuando ya no era posible sostener ese apoyo.
Ella está aqui, de otra forma.
Sus manos, su mirada y su voz tendrán a partir de ahora, otras formas de ser y de estar.
Ella ha dejado de estar físicamente, concretamente.
Ha cambiado su forma de relación con nosotros.
Áhora la vivo de otra forma.
Áhora la vivo de otra forma.
Estoy en paz.
Gracias a quienes estuvieron allí.
Gracias a quienes no pudieron ir,pero que también estuvieron allí.
Gracias por las llamadas.
Gracias por los mensajes por correo electrónico.
9 Comentarios
Mis condolencias para ti.
Paz a su alma.
Ojalá y todos los seres humanos lograramos alcanzar esa madurez y esa firmeza de espiritu en algún momento de nuestras vidas.
De seguro que tu madre desde allá arriba está super orgullosa de tu actitud.
Sigue adelante...!
Adelante, José.
Tony Arias Gil
Que cuando parta se que estara en un mejor lugar, donde su afan de trabajo ya no existira.
Gracias por compartir tus sentimientos con todos nosotros.
Dios te siga bendiciendo!
Jenifer Perez