¿De quién fue la culpa en el caso de Vianco?

Vianco Martínez me ha enviado una respuesta escrita sobre el caso de su abortada entrevista con Pedro Guerra. Aquí la estoy publicando en correspondencia a su derecho de réplica y al respeto que le profeso.
Creo que hubo tres errores y que se pudo haber establecido un mejor mecanismo para hacer la entrevista que Vianco pidió, con mayor extensión y profundidad para fines bibliográficos .
Error #1.De María (y probablemente el propio Pedro Guerra) le dejaron la esperanza de que era posible. Ellos no estaban en eso. No tenían tiempo. Debieron haber dicho que no. Era más simple.
Error # 2. De María dió la orden de que, ante la realidad de que la entrevista no se iba a dar, de pedirle a seguridad del espectáculo (Centauro) que procediera a sacarlo, lo cual no deja de ser humillante haya o no empeyones o golpes.
Error # 3.De Vianco, herido por la humillación, le faltó flexibilidad y sentido de la realidad al oponerse a salir de la sala. Por la fuerza lo podían sacar sin lugar a dudas. Fue un momento muy difícil que no se lo deseamos a nadie.
Dos medidas inteligentes:
#1. Dejarlo en la Sala y no darle la entrevista, procediendo a excusarse con Martínez. No haberlo hecho fue la gran metida de pata de María.
#2 Proponer la realización de la entrevista por correo electrónico, que se adecúa mucho más para los fines de un libro, que se hace más soposadamente y sin la prisa del tiempo. No se le ocurrió a María ni a Pedro. Faltó sentido común.

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Este es el documento de Vianco, que publicamos en razón de que tiene el derecho de que se conozca su versión oficial de los hechos. Es su versión.
Esta es mi respuesta a la cantinflada de Saymon Díaz y sus espalderos.

El día más triste de este país va a ser
el día que los periodistas no puedan realizar
una entrevista con garantías de que no van a
ser pateados por espalderos con pistolas


He escuchado al empresario Saymon Díaz decir que sus espalderos Rafael Vargas y Josué Vargas no me agredieron, sino que me "sacaron forzosamente", y antes esta petulante cantinflada quiero dejar constancia de los detalles de aquella infamia injustificada.
Siendo las cuatro de la tarde del sábado 23 de agosto, me dirigí al hotel Hilton, donde se encontraba el cantautor Pedro Guerra. Lo encontré en el área del lobby junto a su esposa y manager de nombre Maria. Después de explicarle el interés de que me concediera una entrevista, Guerra me propuso que fuera al Teatro Nacional para hacerla, debido a que acababa de llegar del aeropuerto, procedente de Costa Rica e iba a descansar.
Según lo conversado, llegué a las siete al Teatro Nacional. Ya en la Sala Principal encontré que Luz García realizaba una entrevista con el cantante y me senté a un lado de la sala a esperar. Converse en ese momento con la esposa y manager del artista, quien me pidió que esperara un momento a que el artista terminara la entrevista e hiciera el chequeo de sonido. Le dije a la señora Maria que tenia mucho interés en la entrevista, pero que si las cosas se complicaban con el tiempo y no se podía realizar, lo entendería.
Cuando Guerra terminó la entrevista, salio del área de la sillería, momento en que, ya junto a el, la señora Maria me hizo una seña para que esperara. Así lo hice. Minutos después llego hasta mí un sujeto que se identifico como Jefe de Seguridad del Teatro y de nombre Rafael Vargas. (Después me entere que no era personal del Teatro Nacional, sino un espaldero con pistola de Centauro Segurity Group contratado por Symon Díaz).
Me pregunto en tono violento que buscaba sentado allí y le conté la historia de la entrevista. No me dejo hablar. Cada vez que trataba de explicarle el asunto, me interrumpía en tono violento. Le pedí que no se alterara para resolver la situación. Me respondió que no estaba alterado, pero esa respuesta me la dio mas alterado aun. Le dije que iba a llamar a Symon Díaz para que resolviera la situación, lo cual hice tres veces, pero no me respondió. Le dije que iba a llamar a alguien mas, a una persona que conoce a al sr. Symon Díaz y que podía ayudar a poner fin a la situación. Cuando la contacte, le pase el teléfono a Rafal Vargas, pero lo que hizo fue coger el teléfono, cerrarlo violentamente, lanzando una colección de improperios entre los cuales el mas decente era "tu lo que eres es un comemierda".
Me dijo que los periodistas estaban prohibidos en ese lugar y que él, como Jefe de Seguridad, iba a hacer valer "como sea" esa prohibición. Le recordé que allí, minutos antes, había una comunicadora realizando una entrevista, lo cual vi que hizo con mucho profesionalismo. Fue entontes cuando me dijo que el me iba a sacar de alli a patadas.
Procedió a llamar por la radio a otro miembro de la seguridad (Josué Vargas), quien vino en un tono más agresivo aun. Sin mediar muchas palabras, tras recibir la orden de Rafael Vargas, me agarro por el cuello en tono violento, y con mucha violencia me paro del asiento, me saco al pasillo de la sala y allí, con su mano derecha apretándome por la nuca y retorciéndome el brazo izquierdo sobre la espalda, me arrastro como un animal desde la sillería de la sala, hasta la puerta del parqueo que da a la calle Pedro Henríquez Ureña.
En el trayecto, pasamos por una parte de la recepción y por el pasillo del lado que da a esa puerta, todo eso en forma violenta.
Imagínense el triste espectáculo de Vianco Martínez arrastrado como un perro por estos sujetos a la fuerza delante de la gente que llegaba al concierto. Sólo imagínenselo!
Nunca podemos olvidar que lo único que yo buscaba era una entrevista, la cual había coordinado debidamente. Yo no estaba allí haciendo nada indebido, nada ilegal, yo no estaba robando, no estaba maltratando a nadie, no le estaba faltando a nadie, no estaba alterando el orden.
Es muy triste todo lo que sucedió el sábado, toda la humillación, todo el ultraje, todo el maltrato físico!
El día mas triste de este país va a ser el día que un periodista no pueda realizar una entrevista con garantías de que no sera pateado ni ultrajado por espalderos con pistolas.
Como nota paradoja, la mañana de ese mismo día realice una interesante entrevista al renombrado músico cubano Paquito D Rivera –que es un caballero tratando a los periodistas que quieren escuchar su historia-, y por hacerla nadie me fue encima, nadie me humilló ni me arrastró ni pateó.
La foto de Symon Díaz es del portal de Samir Saba.
La de Vianco es del portal estoesdiversión.blogspot.com (de Johan Bueno)

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4 Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Es muy triste toda la situación, pero creo que Vianco cometió un segundo error: Coordinar la entrevista con la señora María. En mi experiencia, lo más factible para este tipo de actividades es coordinar todo con los productores. Los artistas (o sus manejadores) aceptan las entrevistas con la mejor disposición, pero con el concierto encima, eso puede cambiar.

Coordinar con los productores previo a la llegada del artista, y que las entrevistas sean realizadas via telefonica o e-mail es, desde mi experiencia, la mejor forma de proceder.

Creo que Saymon y Centauro deben una disculpa a Vianco, por el tener autoridad y un arma no otorga derecho a vejaciones ni humillaciones
baplun ha dicho que…
lastima, es una verdadera lastima, que a un periodiste le traten asi, cuando estos, son los que ayudan a los empresarios a que sus proyectos artisticos, sean exitosos, pero bueno, este cuento es aquel que solo eres bueno cuando a mi me conviene y no cuando tu quieras.

Buena leccion para practicarla con mas adelante cuando el Todo Sr. de alla arriba, nos de la oportunidad de la bandeja de plata.
baplun ha dicho que…
No creo que el sr. Vianco haya cometido ningun error, si el Sr. Pedro Guerra, no queria dar entrevistas, simplemente debio haberlo dicho y punto, pero nunca utilizar la fuerza y bruta por demas, creo que fue un error enorme de parte de quien ordeno que retiraran a Vianco del lugar de esa manera. Entiendo que si, ahora pensandolo bien, si cometio un error el Sr. Vianco, al ver la actitud agresiva de parte de estos "Servicios de Seguridad" el simplemente debio retirarse, ahora de que le sirvio resistirse, de nada, nadie le va a pedir disculpas, nadie dira "si fui yo que ordene que te sacaran del lugar", entoces mi consejo es en este caso, es mejor prevenir que lamentar.

Suerte, bye.
Anónimo ha dicho que…
Coincido con el comentario anterior, al ver la actitud agresiva del seguridad, lo que debio hacer es retirarse.

Esta gente que trabaja de seguridad, deberia tener por lo menos un poco de sentido comun.