Asi deseamos volver a Feliz Vinicio Lora. El, y todos nosotros, debemos resucitar
de nuestros dolores y miserias. Foto:JRS
Hoy es Domingo de Resurrección.
Hoy termina la Fiesta Pascual Cristiana más importante.
Hemos conmemorado el sacrificio, muerte y regreso de Jesús de entre los muertos, en un milagro que sigue maravillando al mundo.
En un gesto de gratitud del mayor y más alto de los poderes para que fuera posible la redención del pecado.
Hoy, la vida otorga un pase especial.
El que nos lleva a renacer desde nosotros.
Hoy, desde ahora, en lo adelante, se hace necesario el reencuentro con nuestras miserias y debilidades, para salir al ancho camino del perdón y la entrega.
Hoy domingo es un día de inicio desde cero,
Disfrutemos de la experiencia del reinicio.
Démonos el gusto de recomenzar, como el mar.
Para mucha gente, la semana que terminó ayer fue solo una época social de vacaciones consagradas por la costumbre.
Esa gente puede seguir concibiendo este tiempo como eso.
Es su derecho.
Pero también es un derecho, el de reiniciarlo todo.
Para que mejoremos nuestra condición humana.
Para elevar nuestras expectativas.
Para darnos de una nueva forma.
Para mirar cuánto daño se manifiesta en esta sociedad.
Para que veamos cómo ha crecido el mal.
El narcotráfico.
La delincuencia.
La violencia en las familias.
Los robos.
Los asaltos.
La novedosa modalidad de los sicarios.
El irrespeto de todo.
Es este el marco en que debemos recomenzar.
Es este el justo momento para clamar por un “detente” a la ola de la mala onda.
Es el tiempo de que contribuyamos a una sociedad mejor.
Más armónica.
Más vivida en el placer de lo sencillo.
La muerte y resurrección de Jesús no es un ritual.
No es un hábito repetido y circular.
Un ritimo monótono e inalterado.
Ese sacrificio es un desafío a cada quien.
Para que nos atrevamos a ser.
Es una muerte que nos llama a vivir.
Una circunstancia trascendente que nos pide amar la vida.
Pero no cualquier vida.
La mejor de las vidas posibles.
Estos días nos dan la oportunidad de volver, a partir de mañana, a la normalidad cotidiana de los quehaceres laborales, familiares y emotivos.
Tratemos de ser creativos y no previsibles.
Volvamos a vivir.
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