Risoterapia, espectáculo de monólogos cómicos a cargo de Carlos Sánchez, Alexis Váldez y Jochy Sántos, se constituyó anoche en un mar desbordado de
risas y carcajadas en oleadas, en alegría intensa a partir de la discurrencia
temática y la excelente memoria que se debe tener para su conexión creativa con
el público, el repentismo bien manejado en a partir de señales e indicios
detectados por los tres humoristas desde el escenario.
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La química entre los dos dominicanos y el cubano es excelente en el
efecto final, la risa cual torrente desbordado y necesario, sobre todo en los
tiempos de crisis.
El espectáculo se tardó más de lo prudente en comenzar respecto de la hora
indicada en las boletas, 9 de la noche, en esa ya sabida estrategia concordada,
por contrato, entre productores y el hotel, para que la gente se atiborre de
bebidas y picaderas, servidas a la noble tarifa del establecimiento.
La gente
reclamó, con cuatro descargas de aplausos, desde las 10:06 minutos, el inicio
del espectáculo, con una hora para el rejuego de las ventas, era más que bueno.
Con estilos y talentos diferenciados en sus modos de presentación, los
tres fueron las estrellas de la noche, ofreciendo dos horas y un poco más, de
una necesitada diversión para una clase media acomodada que pagó con gusto para
reirse. Y lo logró de buena gana.
Los tres son excelentes intérpretes del humor:
Sánchez, el punto dominicano más
alto de este género, logra un vínculo inmediato con el público. Su rostro
tranquilo y su elocuencia imaginativa de
sus temas, da en el centro del gusto del público.
Alexis Váldez, es una marca internacional fundamentada en su calidad y que
tiene en Un Rey en La Habana ,
una muestra de su genialidad como guionista, director y actor, es todo un
profesional que cuida cada detalle. La importancia artística de Alexis Váldez es considerable en el marco del humor latinoamericano. Es un cubano con esa chispa indudablemente salida de la Patria de Martí. Inteligente, hábil y habilidoso, Alexis debe venir al país con más frecuencia y con oportunidad para lucirse en solitario. Alexis fue una de las voces de la primera versión de la cinta animada Madagascar. Es una estrella de la cual mucha gente no conoce en detalle su trayectoria.
Su película, Un Rey enLa Habana. extraordinariamente bien escrita, y sobre todo por su
habilidad para el rejuego de palabras en su introducción, es una comedia considerada como un clásico moderno del cine latinoamericano, filme que pese a ser crítico, le fue
autorizado a rodarse en Cuba, por parte de un gobierno del cual censura tan duramente.
Valdez es una fuerza formidable del humor, tienen conciencia de ello y se ha manejado muy bien artistica y empresarialmente. Su programa simplemente es una producción de primera línea:
Sánchez y Váldez, desarrollan con creatividad y sacando el máximo provecho a dos perspectivas de un mismo concepto: la mierda.
Sánchez se inclinó por la mierda como factor de diferenciación cotidiana en la vida de la pareja. Aquello
era para morirse de la risa. Valdez es un hombre solidario con sus colegas. En ocasión de la presentación en Miami, de Carlos Sánchez, tuvo el gesto de apoyar al dominicano:
Valdez, desarrolló una extensa y
rica intervención sobre los excrementos humanos como fuente energética para
humanidad. Y luego botó la bola con la
referencia entre la vida humana y la de los perros. Inexplicable por esta vía,
pero inolvidable. Alexis introdujo el espectáculo de Cristinito Hernández, uno de los
puntales de su programa de televisión.
Jochy es parte del perfil dominicano, cabalgando en chistes y
ocurrencias a las que imprime una caracterización muy suya, muestra del
desarrollo personal de quien, siendo un locutor más del montón en sus inicios,
ha logrado calar en base a talento, esfuerzo, golpes y golpetazos que le han
dado, para ser hoy una figura que merece el aplauso y el respeto.
Exceso de machismo
Pero hay aspectos frente a los que guardamos distancia y nos permitimos
exponer para que ellos, y otros artistas, repiensen su responsabilidad en la
transmisión de contenidos, justo en una época en la cual la mujer sufre mayor
acoso, mayor violencia y su imagen es desdibujada por la perspectiva
patriarcal.
La perspectiva de género de estos artistas, en muchos de sus chistes,
tiene que ser revisada, aun cuando de esos chistes se rieran las propias
mujeres asistentes al espectáculo de Stan-Up Comedy, notable por su calidad y su
producción, como una muestra colectiva
de concurrencia y artistas, ante una problemática que, en la realidad, no tiene
nada de chistoso.
Es evidente que hacen falta artistas mujeres del género que reivindiquen
un humor más vital, menos discriminador y con una mejor visión de la mujer.
O falta conocer en el país la labor de otros humoristas del Stan-Up Comedy, capaces de provocar las risas más sentidas a partir de un tema tan
inadvertidamente apasionante como el de las maletas, de Luis
Piedrahita:
¿Qué puede costar a estos tres comediantes y otros muchos, enfocar sus
chistes con otra perspectiva, con tantos temas con los cuales se podría hacer reír
a mandíbula batiente, como la persistente eyaculación precoz de los varones, su
falta de cuidado en los detalles al tratar íntimamente a una mujer, su ausencia
inexcusable del peso emocional de sus hogares, o su impotencia venida irremediablemente con el curso de los años?
Estos tres artistas y otros deben
reflexionar sobre la imagen de la mujer que transmiten, no siempre positivos
ubicándolas como las consumistas, insufribles cuando reclaman ante la borrachera
de un hombre y las intelectualmente
vacías. Despierten, esas no son las mujeres de hoy.
Se debe recomendar un poco más de creatividad al seleccionar títulos para este interesante ciclo iniciado de presentaciones de humor: Risoterapia, nombre que se ha usado en otros
espectáculos del mismo género, como en España, como puede verse en el cartel adjunto.
En conclusión, para los pocos héroes y heroinas de la constancia al leer en internet por haber llegado hasta este punto, Risoterapia vale cada centavo de cada taquilla, pero es mejorable en el aspecto de su perspectiva de género. Tanto machismo, con el aderezo de la risa, no siempre deja los mejores recuerdos cuando ya han caido las cortines del teatro. Es como para pensarlo. Y costaría tan poco asimilar a estos espectáculos, contenidos no ofensivs.
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