José Báez Guerrero es un autor atrevido, guerrillero, profundo y agradable. Pero también es un escritor que sorprende, que se renueva y que no se acomoda a un género, como el ensayo histórico periodístico, en el cual ha dejado en firme la consistencia de su formación.
Su formación periodista y literaria se ha expresado por años con narraciones, reportajes, crónicas y textos seleccionados vertidos en sus 14 libros, incluyendo el titulo Guzmán, su vida, gobierno y suicidio, ganador del Premio Nacional de Historia 2010 y que ahora nos sorprende con un título que no deja indiferente a nadie: Cartas de un Borrasho (así como lo está leyendo) haciendo onomatopeya de una término incorrecto gramaticalmente, pero tremendamente vivo cuando se trata de conocer a aquel inveterado adorador de Baco, empinador del codo y enjuagante en el alcohol de sus penas como de sus alegrías.
El libro tiende a dar una impresión engañosa, si lo juzga tan solo por su escueto tamaño, por tu titulo leído a la ligera, por la ausencia de colores o ilustraciones llamativas en su portada,.
Pero cuando se inicia el recorrido por sus tesoros interiores el lector se habrá dado cuenta del error que involucra el juicio por las apariencias.
El su contenido, que nos imaginamos requirió un cuidado tras un proceso de documentación tanto en textos como en su rica iconografía, muy profesionalmente acreditada, nos imaginamos que recopilada con esmero y sentido de depurada investigación, con acierto para ilustrar estas reflexiones sobre la poesía y la vida, citando piezas claves y autores decisivos.
Cartas de un Borrasho es un poemario trabajado con el esmero de un joyero que convoca a conocer, además de una narrativa limpia, matizada de humor y reforzada con su valor lectura universal que nos pone a disposición un universo de información sobre la condición humana, sobre la creatividad de quienes han marcado la literatura, permite conocer al artista de la fotografía que resulta ser su autor, quien evidencia una sensibilidad para captar, por ejemplo, el atardecer otoñal en La Romana y que logra vincularlo el versículo 3, Salmo 61, llamado Oración de un desterrado,: “ desde el extremo de la tierra hasta el grito, en el desmayo de mi corazón” .
Este libro es una delicia como lectura, es un producto editorial cuidado en su manejo, en su diseño, en sus materiales de impresión, escapado del esquema archiconocido del papel cáscara de huevo y el cromicote multicolor en la portada.
Sus referencias a la creatividad literaria, la belleza y cuidado con que se expone su inocografía y la versatilidad entre la prosa y la poesía del autor, el valor de su didáctica, nos llevan a rogarles a nuestros lectores que busquen Cartas de un Borrasho.
Se trata de uno de esos libros que hay que tener para inspirarse, para hacer conciencia de cuan grande es la capacidad de crear textos o imágenes que estimulen a volar por encima de las miserias y ductilidades del instante vivido.
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