Ciudad Recidlada ...Por que solo hay diez murales?



Apenas me iniciaba, por los anos 80, en los conceptos de conciencia medio-ambiental, cuando aprendí, de un folleto de Enda-Caribe, que un contaminante es un recurso en un lugar inapropiado.
La reflexión se hace a propósito del proyecto Ciudad Reciclada, que ya cuenta con diez murales, realizados por estudiantes de escuelas y colegios, posteriormente a recibir orientacion en talleres que imparte, como solo el sabe hacerlo, el taino-argentino Marcelo Ferder, más que un artista plástico,  mas que un instaladoar, mas que un artesano de condiciones excepcionales , es un gestor del nuevo futuro de conciencia ambiental.
Siento que mucho más que una exhibible estrategia para proyectar la imagen de empresas o instituciones, el proyecto Ciudad Reciclada, iniciado en el 2009 por Centro León y Propagas, debe servir para que toda la comunidad tome conciencia de la importancia de la reutilización de los desechos.


Estos muchachos y muchachas son orientados en estos talleres sobre la trascendencia de reciclar, de reusar, de reutilizar los recursos que lanzamos a la basura, y con ellos se evidencian capaces de crear obras de arte con un mensaje y una imagen permanente.
Marcelo tuvo la suerte de encontrar empresas o instituciones (como Centro Leon y Propagas) con recursos y condiciones para desarrollar Ciudad Reciclada, cuya importancia radica, no únicamente en la belleza de los murales, sino en el efecto que tienen en la conciencia de quienes los observan al pasar.
Cuando se disfruta de uno de estos murales, los lamentablemente solo diez que se han elaborado, se  experimenta una sensación de que el problema ambiental tiene razonables formas de ser resuelto.


Las formas que adoptan las figuras en esos murales, los materiales de desecho con que son hechas, fortalecen la idea de que el mundo generador de basura es en si mismo, un sinsentido.
El proyecto Ciudad Reciclada, por lo que implica de fomento de conciencia ambiental, de desarrollo de la educación artística, debe multiplicarse geométricamente, y no ser diez sino miles las escuelas, iglesias, centros comerciales, viviendas y edificaciones que sirvan de sostén a nuevos murales. Y pasar de los estudiantes a la población en general, por medio de las juntas de vecinos, del personal de las empresas.

El artista Marcelo Ferder, al centro, con otros ejecutivos de Ciudad Reciclada.

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