La Jaula de Oro, pese a temática previsible, sorprende en Cannes 2013



 CANNES. Francia. Cuando una película mexicana va a tocar el tema migratorio hacia Estados Unidos, se produce la misma sensación de recurrencia ya conocida cuando se sabe que  conducen a uno más de los inamovibles temas y ejes del cine latinoamericano, que incluyen lo político, generalmente a partir del autoritarismo de las dictaduras militares, las historias personales que vinculan amor, tragedia y humor y una que otra novedad creativa.



Pero con La Jaula de Oro, del director de origen español y naturalizado mexicano, Diego Quemada-Diez camarógrafo por muchos años  del respetable director Alejandro González Iñárritu, acaba de presentar en el certamen Una Cierta Mirada, en la que 27 óperas primas compiten por la Cámara de Oro, en el Festival Cannes 66.

El que logra Diego Quemada es un  cine de compromiso social que respeta el discurso visual,  alejado  del camino conocido y del panfleto nacionalista, para entonar un canto al respeto por la vida, como valor universal. 




Diego Quemada apuesta por la capacidad actoral de tres jóvenes , todos menores de 17 años, en los que recae el peso de la cinta que cuenta con belleza y crueldad, lo que pasan los inmigrantes que, desde Guatemala, toman ruta hacia México para pasar a Estados Unidos.
La belleza de los paisajes, que incluyen bosques, selvas, desiertos, quebradas, contrasta con la geografía humana de traficantes, asaltantes  y secuestradores de los inmigrantes, en cuyo entorno, el director logra subrayar el valor de la amistad verdadera entre gente de la misma condición social de explotación y lo logra por medio de actuaciones juveniles, de esas dotadas de la autenticidad histriónica que no demanda la experiencia de los anos ante pantalla.



Quedan de resalto hechos conocidos y no sancionados como el  asesinato por francotiradores civiles  norteamericanos contra de un indito guatemalteco, tanto en nombre del patriotismo “Made In USA”.
El que logra Diego Quemada es un cine de compromiso social que mantiene  vigentes y respetadas las normas del discurso visual, que se aleja del camino conocido y del panfleto nacionalista para entonar un canto al respeto por la vida, como valor universal.
La Jaula de Oro de una cinta valiente, de estructura no convencional, sin desperdicios, con un manejo de cámaras, con una capacidad para captar el espíritu interno de los personajes y los procesos.


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