Fernando Infante, historiador, ha
respondido respetuosamente nuestro planteamiento crítico sobre su Biografía de
Trujillo al indicar que el tema convoca
pasiones lo que, a su juicio, impide un
enfoque integral de ese período histórico.
Admite la represión sangrienta que se
llevó de cuajo tantas vidas útiles pero
considera que : " La
llegada de Trujillo al poder no es hecho fortuito; es una consecuencia
cuyo origen obedece a causas de sentido histórico que venían desarrollándose desde hacia tiempo
en la vida social dominicana".
Agradecemos su respuesta, con la que no estamos de acuerdo en su totalidad, y nos
permitimos transcribirla in extensso:
" La “Era de Trujillo” hace más de cincuenta años que
terminó y a pesar de tan largo tiempo,
todavía resultan escasos los enfoques sobre
aquel régimen despojado de gran carga de pasión, tal como hemos venido
apreciando en la extensa literatura y otras formas de expresión que ha generado ese etapa de la vida nacional
posterior a la muerte de su principal protagonista. El juicio ha sido
mayormente en lo moral por encima de lo histórico.
Ciertamente La
Era de Trujillo fue el período de nuestra historia donde el dominicano sufrió con mayor rigor el sufrimiento moral; el crimen sirvió para imponer el terror y el sometimiento
colectivo hasta convertir la sociedad dominicana en un conglomerado de
sumisión, silencio y obediente temor
ante las reglas impuestas por la dictadura.
También fue el
período en que el dominicano tuvo mayor desenfreno en la adulación nauseabunda, la entrega sin el menor rubor y
la complacencia hasta lo indecente hacia el gobernante. La corrupción moral, que siempre ha sido una
debilidad de nuestro espíritu colectivo alcanzó su mayor expresión. Y en
todo aquel periodo alucinante, también
hubo rasgos de gallardía, de valor, dignidad, nobleza y sacrificio.
Pero la dictadura
trujillista no fue solo eso; fue la vida de un pueblo durante treinta y un años con todo lo que
significa su proceso histórico. Aunque
ha pasado más de medio siglo desde el año de l961, la pasión sigue imponiéndose
a la Historia en el estudio y análisis e
interpretaciones de la “Era de Trujillo”. La llegada de Trujillo al poder no es
hecho fortuito; es una consecuencia cuyo
origen obedece a causas de
sentido histórico que venían desarrollándose
desde hacia tiempo en la vida social dominicana. ¿Su proceder como gobernante? Excesivo,
terriblemente avasallante, secundado con entusiasmo por la abrumadora mayoría
de lo más sobresaliente de la sociedad dominicana de su tiempo y teniendo como telón de fondo el marco de un
momento de desquiciamiento social, político
y económico en América y el resto del
mundo.
Tu sugerencia,
puede considerarse valiente o por lo menos responsable, pues el medio sigue
siendo inhóspito para disquisiciones que requieran una buena dosis de serenidad
de juicio, ausencia de oportunismo y
vedetismo, en el análisis de ese tema
histórico tan escabroso, como propones".
Con aprecio,
Fernando Infante
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