El Gallo…¿es buena o mala?

No es ni una cosa ni la otra. Es un proyecto cinematográfico bastante inusual, que proviene del sueño de un actor veteranísimo que incursiona como director y guionista y que habría que penetrar hasta su emocional escala de valores para entender el enrevesado tránsito de personajes y emociones, de gestión técnicamente deficiente de los recursos del cine, para calificar con exactitud lo que es esta producción, El Gallo.
El Gallo  fue presentada en sesión premiere, para producir  una variopinta  gama de  sensaciones y reacciones por las vueltas y revueltas de su  guión,  las actuaciones desniveladas,  deficiencias en  la iluminación, la fotografía y  sonido.
La película  escrita y dirigida por Juan Fernández tiene potencial para gustar debido a su inusualidad en la realización, a la novedad de ser la “opera prima” del reconocido actor y modelo dominicano (que tiene una trayectoria de más de 60 grandes películas de Hollywood y series  de televisión), se estrena en ese doble rol que deberá asumir como experiencia para otros proyectos.



En el aspecto técnico, la cinta exhibida  no estaba terminada por lo que el juicio crítico sobre ella, en ese plano, no puede ser definitivo.

Sólo así serían entendibles  las dificultades del   sonido, particularmente en el volumen de la banda sonora y los diálogos (hubo que apoyarse en los subtítulos en inglés para captar la idea de lo dicho), la  iluminación, situaciones que debe ser mejoradas de cara a  su exhibición comercial desde mañana  jueves 31,  en Fine Art’s.
 El guión da unos saltos incomprensibles, repite personajes como el del teniente en circunstancias diversas sin una justificación,  recorre el mundo de la prostitución gay y heterosexual que gustará mucho a públicos específicos pero que será rechazado por otra audiencias, producto de la realización  y a  los tabúes y prejuicios que se mantienen socialmente sobre estas poblaciones y minorías eróticas.

Actoralmente la película pudo haber sido mucho mejor, particularmente en torno a la interpretación de los diálogos, que se perciben ya forzados o desalentados, sea por la falta de formación actoral de los nuevos talentos o por no lograr buen desempeño. Nos sorprendieron actuaciones estereotipadas o poco creativas. 
Particularmente sería aconsejable una superación de de Garibaldy Reyes y Johnnie Mercedes, actores de una  trayectoria de los que esperábamos mucho más. Mercedes debe evitar cualquier referencia a personajes hechos anteriormente, (sea cine o en publicidad) sobre todo si procede de su correctísimo papel de Zacarías de la Cruz en El Teniente Amado. A Garibaldy lo preferimos en su papel inolvidable en Hermafrodita.
Miriam Bello es de lo mejor que tiene la cinta  como madre del deportado y por la corrección con que asume su papel.  A

El Gallo le deseamos lo mejor, con las reservas expresadas

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