¿Qué tiene de especial la novela nueva de Angela Hernández?

La novela Leona o la fiera vida,  es sorprendente y tiene la capacidad de cautivar gracias a un despliegue de personajes y acontecimientos en los cuales se nota un tratamiento escritural cuidadoso, documentado y firmemente,  sosteniendo equilibrios normalmente difíciles de sostener entre humor y drama, partiendo de personajes sin renombre, cotidianos hasta donde ya no nadie podría ser objeto de nombradía o reconocimiento.
El impulso textual de la autora, nos ha producido un enorme agrado en su lectura porque deja sentir la madurez y consistencia de su narrativa, laborando en silencio, dando los tiempos necesarios a su creación, sin precipitarse a publicar por el hecho de estar editorialmente presente a cada tramo del camino.



El quehacer literario de esta mujer es sorprendente. Proviniendo en lo profesional de la ingeniería Química, Hernández, abandonó una carrera en la cual se graduó con lauros académicos al sentir que su llamado vital estaba en las letras.

Inició ese trayecto con cuentos cortos y poesía de amor y social. Desde sus primeros trabajos, se sentía que un impulso particular la movía a caracterizar su creación. Y así ha venido, de más en más, dándole densidad a su obra.

La puesta en circulación de Leona o la Fiera Vida fue convocada por editorial Alfaguara en el salón Manuel Rueda de Fundación Corripio, en donde se reuniò un grupo de lectores, familiares y personas que simplemente aman la literatura de esta mujer.


No sin muchas razones a su favor, Jeanette Miller se pronuncia  en la presentación (realizada en Fundaciòn Corripio). Esta es la versión en inglés.

Acabamos de escribir sobre la obra  en El Nacional, pero nos permitimos, republicarnos, ahora sin unos errores de composición  o diseño que había que ver como se corrigen comenzando con que el libro que aparece junto a la crónica corresponde a otro texto, no al de Leona o la fiera vida:

Ángela Hernández Núñez es el tipo de  escritora por decisión y vocación, capaz de renovarse  y sorprender con cada obra suya.  
Lejos en el tiempo están sus trabajos iniciales (parte de un proceso irrenunciable y noble), de poesía  social o emotiva, o sus narraciones breves, agudas y desafiantes, pero sin la notoria madurez que acusa en su proceso creativo particularmente en los últimos años. 

Con Leona o la Fiera Vida (2013),  consolida el prestigio de narradora, a partir de dos elementos: la imaginación desbordante atildada a personajes predeciblemente cotidianos y el control detallado de toda la documentación de ambientes y caracterizaciones de personajes formando un universo que inspira, lleva a mirar lo rural con nueva óptica y demuestra que los entornos y lugares no determinan calidad de lo producido, sino su gerencia literaria, su esfuerzo documental y la limpieza en sus giros y figuras, la capacidad de describir acontecimientos y quehaceres.



Leona o la fiera vida, luce como la novela más elegantemente lograda por una impronta que fortalece la marca de Ángela en la literatura dominicana y del Caribe.

Sin temores a clasificaciones y estereotipos, la Hernández reitera, ahora desde otras perspectivas, tanto el protagonismo femenino de sus obras, una de sus constantes, como el manejo del ambiente del campo, a veces injustamente denostado por los purulantes urbanos de las letras.

La caracterización que logra la narradora de Leona, prototipo de la mujer centrada en si misma con disposición de revolucionar sus entornos, de emprender proyectos y de hacer posibles las quimeras parentales, es uno de los aciertos del trabajo de larguísimo esfuerzo, logrado tras años de inicial escritura por los años 2006-2007 y dejado reposar para retomar todo este entramado de pasiones estremecedoramente inadvertidas y personajes que , siendo simples, alcanzan una profundidad gracias a la óptica narrativa casi subversiva de la Hernández.

Es un riquísimo universo de personajes en que interactúan: Beba, (la madre; Enmanuel (que se la llevó cuando era jovencita); Coco, (perro mestizo y realengo); Lesabia, Miriam, Martina, Noraima y Brígida (la de las preguntas sorprendentes), entre muchos otros especímenes humanos que pueblan Buena Vista Jarabacoa, escenario que ha tratado antes desde otras obras y con otros manejos.

Hernández es uno de los  más valiosos patrimonios literarios del país, con una capacidad para atrapar la atención del lector en base a una narrativa técnicamente impecable y con desafíos imaginativos que resuelve con maestría, dejando ese gusto cumplido por la buena lectura.

Tiene la virtud de vincular  mediante su creación, parlamentos y textos descriptivos para ofrecer tanto  panorámicas como enfoques en el detalle interior de la vida de sus personajes, a lo que suma una mordacidad humorística que, a pesar de ser hilarante por el uso del lenguaje popular, resulta sobria.  

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