Historia del Beisbol Dominicano...


El incidente en que Juan Marichal golpea con un bate a un catcher norteamericano que le había provocado, es una de las escenas más interesantes del documental y que es comentada por el propio ex-lanzador y miembro del Salón de la Fama, de Cooperstwon. Foto: AP. Derechos Reservados
El trabajo de Miguel Vásquez y Héctor J. Cruz revela el valor de la solidaridad entre los peloteros dominicanos en Grandes Ligas y revela valores de nobleza y humor entre ellos.
El documental pueden ir a verlo con la certidumbre de que tendrán una idea cronológica del origen del béisbol dominicano y una concepción de humana y solidaria entre esos peloteros.
Pudo haber estado mucho mejor terminado, pero lo que hay es lo que hay.

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Esta llegando esta semana a las pantallas Historia del Beisbol Dominicano se estrena mañana jueves en los cines de Santo Domingo y la ciudad de New York.
Miguel Vásquez, que desarrolló su trayectoria como director de video.-clips y que en el 2003 presentó su producción Éxito por Intercambio, una película que abordaba el tema de las características singulares del ambiente farandulero y que, p
ese a las contundentes críticas en su contra, recogió algunos reconocimientos por parte de quienes la ubicaron como una película sarcástica y que abrió el camino de la “vía argentina de post-producción” – seguido posteriormente por muchos otros directores.
En esta oportunidad, Vásquez, tomando un guión de Héctor J. Cruz, reconocido cronista deportivo, lleva a pantalla digital la historia de la pelota como quehacer nacional recreativo por excelencia.

El valor de un tema

El tema que aborda el documental, otorga un valor inmediato al trabajo por el interés y la incidencia que tiene la pelota en la vida de la comunidad nacional.
Vásquez, durante los dos años de producción, se ocupó de localizar y comprar materiales originales, sobre todo del béisbol de antaño para armar la historia e ilustrar las líneas de Cruz.
El tema es atrayente y de seguro motivará a mucha gente a seleccionarle como opción en el cine.
A pesar de que el béisbol no se encuentra en su mejor época por las diversas situaciones que pasan los peloteros dominicanos en estos momentos.
Manny Ramírez, suspendido por 50 juegos; Pedro Martínez, sin trabajo aún; Sammy Sosa, en virtual retiro; Alex Rodríguez, con la sombra de los esteroides persiguiéndole, además de su vida personal que le costó recientemente el divorcio y su escasa participación en la pelota invernal dominicana, además del precedente fiasco que resultó ser la participación del equipo dominicano en el Clásico Mundial del Beisbol.
Vásquez acomoda sus imágenes y permite una crónica que recorre el trayecto del deporte.

El aspecto humano

Por ser un trabajo realizado sin la prisa de los reportes noticiosos deportivos para la televisión, el director tuvo tiempo de ahondar en la vida y los hechos que matizan el mundo de la pelota de grandes ligas en relación con los peloteros dominicanos.
Las intervenciones revelan gracia, humor, ingenio y sobre todo sinceridad entre los testimonios, particularmente los de Ricardo Carty, Luis Polonia, Chilote Llenas, Pedro Martínez y Felipe Rojas Alou.
Particularmente la intervención de Carty resulta genial al contar lo ocurrido cuando le tocó batear en su primer turno, nada menos que con Juan Marichal como pitcher, quien le ponchó con tres lanzamientos a los cuales ni le abanicó. Por poco deja la carrera de pelotero debido a la presión de los fanáticos petromacorisanos al día siguiente del vergonzante out .
Los valores de la solidaridad entre dominicanos quedan de resalto, sobre todo en las intervenciones de Pedro Martínez , Moisés Alou y David Ortíz, quienes revelan detalles que hablan de la grandeza y transparencia de sus compañeros.

Aspectos a mejorar

El documental pudo haber sido visualmente más rico si se ampliaba la base de las imágenes tanto fijas como en movimiento de un deporte que tiene mucho que ofrecer en materia gráfica.
Hubiéramos deseado que se produjera una banda sonora que sustentara mucho mejor las escenas.
Faltó un terminador de arte en post-producción que le diera un aire internacional al documental. Habría quedado mucho mejor.
De cualquier modo, el documental tiene su valor deportivo, social y humano por lo cual nos permitimos recomendarlo.

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