Al otro lado del Mar, perfume del teatro


Karina Noble y Víctor Pinales en un momento culminante del montaje Al Otro  Lado del Mar.














En muy excepcionales oportunidades, teatro, pintura y poesía se encuentran en una fiesta de imágenes, palabras y clamores. Estética de nivel inusual en Al otro lado del Mar,  texto Premio Casa de las Américas2010     (Jorgelina Cerritos). Ya se ha dicho cuando menos, un millón de veces: Teatro es búsqueda de las esencias de la vida. Teatro es investigación, descubrimientos, retos, valladares y llamados a acometer lo trascendente. 
Teatro es  reproducción de imágenes y palabras, en un nivel de estética que sin perder su vinculación con la realidad, la deglute en su previsible cotidianidad para darle rasgos estéticos de trascendencia. La pieza de teatro marca la diferencia en la escena dominicana. Dirige Raúl Martín a Karina Noble y Víctor Pinales.
Talentos de tres naciones se unen para provocar un impacto sentido por el público y que proviene de cuando el arte y la escena reclaman con fuerza la dignidad de un quehacer realizado a fondo con conciencia de la responsabilidad del hallazgo inicial, cuando un texto les desafío a todos, como es el caso de lo logrado por la salvadoreña Jorgelina Cerritos (Premio Casa de las Américas 2010).


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Los actores
Víctor Pinales y una Karina Noble, que logran en escena una relación artística que se siente en cada uno de sus pasajes emotivos, en cada uno de los procesos de enfrentamiento y acercamientos.
Víctor Pinales, como Pescador del Mar, y Karina Noble, como Dorotea, se enfrentan frente a la cuestión de la identidad como imperativo para ser, como requisito que plantea la burocracia oficial para ejercer derechos o acceder a servicios, dando como resultado la negativa de existencia a quien existe frente a nosotros.
Y más que el tema de la identidad, la pieza tiene como real telón de fondo, el urgente tema de la autodeterminación, y  la validez del ser. Nos permitimos resaltar la opinión de la Educadora y crítica Gilda Matos, en relación con el montaje.
Pinales está impecable, integral e intenso en su rol, como pocas  veces tan convincente, tan intenso y con tanta nobleza escénica.
Su histrionismo se desgaja particularmente en los procesos parlamentarios rápidos, sorprendentes. 
Karina Noble,   resume responsabilidad histriónica y una veteranía que administra con luces de tonos acordados y con una gerencia audaz de los cambios de “momentums” en su Dorotea.



La escenografía toda conspira para unirse con fuerza a un espectáculo que es uno de los mejor de los presentados aquí por Martín Ríos, director. Sobresaliente el uso de  reproducciones  en tamaño heróico de cuadros internacionalmente reconocidos y realizadas en Cuba por Omar Corrales y el Taller Luis Márquez de La Habana, correspondientes a Van Gogh, Viamicnk y Monet.
Plástica y elusiva, penetrante, poéticamente sugerente, esta pieza  del tipo de aquella que  todos deberían ver cuando menos una vez al año.
“Quien tiene una esperanza, no muere” dice una de las frases poéticas más brillantes del texto sobrecogedor de la poeta y dramaturga centroamericana

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2 Comentarios

Albita ha dicho que…
Me encanta que Al otro lado del mar llegue a otros lados, paises, continentes.Adelante Jorgelina y equipo.
Aida Párraga ha dicho que…
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