I Love Bachata ¿buena o mala?

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Con el cine dominicano hay, sobre la base de experiencias de todo tipo, mucho prejuicio. Cuando se dice “cine dominicano” mucha gente piensa automáticamente: “cine de mala calidad”, “cine que no sirve” , “un negocio más”.

I Love Bachata, que avanzaba anoche hacia los 80 mil asistentes pagados, es el tipo de película que hay que ir a ver para formarse un criterio.

La película, a nuestra humilde manera de verlo, es lo mejor logrado de Roberto Ángel Salcedo, aun cuando ni es perfecta cinematográficamente ni recibirá una relación internacional de premios de Festivales

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De parte del público, la respuesta está asegurada, pero hay “ruidos” y pronunciamientos que cuestionan su estética y realización, con todo su derecho, pero sentimos desde fuera, que con una innecesaria carga de prejuicio y extrema severidad en los enjuiciamientos

I Love Bachata es hoy una realidad en los cines como una iniciativa de productores privados (Producciones Coral: Manuel Corripio e Isabel Turull) sin la protección de la Ley Nacional de Cine y puesta en pantalla como parte de ese conjunto que conforman lo comercial y lo artístico.

I Love Bachata es una película comercial, escrita con coherencia en función de ese objetivo. Hay corrientes en el cine y la comercial no es ni la única ni es inválida. Desde luego que lo que se debe fomentar ahora, y para ello esta la Ley Nacional de Cine, el cine independiente.


El cine ofrece infinitas posibilidades y que tiene, entre sus aspectos positivos:

· La construcción del personaje que hace Manolo Ozuna, una perfecta e irónica caricatura de muchos de los que se mueven en ese medio. Es esta la mejor actuación del filme.

· La banda de sonido, cuidada al extremo con el nivel de exigencia de un músico-maestro como Amaury Sánchez.

· La actuación de Fausto Mata, grácil y adecuada.

· La fotografía y el manejo técnico del sonidista que por cierto es el mismo para casi todas las películas dominicanas y que ha sido elogiado por otros trabajos de con esta misma calidad, pero de otros directores o temas.

· El cuidado del mensaje moral que lleva a toda la familia. Quien es un delincuente tiene que pagar por sus hechos, a diferencia de lo que se sospecha está ocurriendo en la realidad.

· La capacidad interpretativa que alcanza Roberto Ángel como cantante de bachata, que incluso supera al Roberto Ángel Actor. Cuando entra la parte musical, la cinta adquiere niveles que conectan mucho con la parte emotiva del público.

· La fotografía y la colonización logran un estandar altamente profesional.

· El manejo del humor desde el guión, que tiene evidente influencia de los libretos de televisión, pero ¿será eso un problema? . Hay que ver si “funciona”, si hace reír, y para ello baste con entrar a la sala de cine. Vera que si funciona y por ello está activando el boca a boca, el mejor de los recursos de promoción por ser gratuito y confiable para quienes no la han visto.

Los aspectos a mejorar:

· Muchas locaciones son innecesariamente muy cerradas.

· En muchos momentos, en esas locaciones cerradas, se asocia fácilmente el ambiente de la pantalla de televisión.

· Raeldo López pudo haber logrado mejor su papel de “nerd”. Tiene capacidad para actuar mucho mejor. Probablemente tenga que ver con el hecho de que Roberto Ángel, además de actuar, dirige y ello le impidió prestar a detalles de la actuación de conjunto.

· La recomendación sería que se entregue la gerencia actoral a un experimentado director profesional. Ese es un dinero bien invertido y le daría un balance muchísimo mejor, incluyendo una mejores actuaciones femeninas, las cuales se pudieron haber logrado mucho mejor.
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I Love Bachata en el marco de la producción de Roberto Ángel, es lo mejor que ha logrado, lo más coherente en su guión, con una realización técnica sobresaliente en materia de sonido y fotografía y con la excelente construcción en detalle del personaje de Manolo Ozuna.

Verla es una experiencia para reír un buen rato. Por eso, la gente está acudiendo y continuará haciendo filas el fin de semana. El criterio de los críticos se respeta. Es su derecho. Pero sería saludable desmontar prejuicios y acercarse a obras cinematográficas de este tipo, con una actitud más tranquila y abierta.

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