La gracia de estas mujeres, el Grupo de Baile Las Mariposas, representa la dignidad y la promesa de fututo que implica el nuevo sistema penitenciario. Lo que está ocurriendo en los nuevos centros de rehabilitación, es una revolución de la que no nos hemos dado cuenta.
Hace cinco años asistí, incrédulo por lo que me había contado mi amiga Edith Febles, al primero de los Centros de Tratamiento y Rehabilitación , abierto en Puerto Plata como plan piloto.
Era un nuevo sistema de tratar a los internos e internas .
Ya dejarían, por lo menos allí, de llamarse presos.
En el concepto carcelario-militar, hasta entonces, "el preso no era gente".
Este interno da los detalles de terminación a su producción artesnal. Las rejas y las alambradas no han sido suficientes para ignorar su capacidad de renacer a la sociedad.
Me sorprendió el sistema: el trato digno aun cuando disciplinado, la preparación de los VTP
(Vigilante de Tratamiento Penitenciario), el ideal de la responsable del recinto.
En Rafey Hombres (Santiago) opera este taller, bajo una mata de almendras, para fabricar las camas de hierro de los otros Centros de Corrección y Rehabilitación. Estos internos ganan seis mil pesos por su labor. Estas camas serán usadas en el Centro que se está terminando en Moca.
Luego conocí el Centro de Haras Nacionales, a cargo de otra mujer extraordinaria, Frania Navarro, donde comprobé que en el país se desarrollaba una revolución en los centros penitenciarios, independientemente de los gobiernos que pasaran por el Palacio Nacional. Este proceso comenzó en el gobierno de Hipólito Mejía y ha seguido en el de Leonel Fernández.
En el Centro de San Francisco de Macorís producen los huevos y la carne de pollo que necesitan. La granja es manejada por los internos con asesoría técnica de la Secretaría de Agricultura.
La entrega y alegría de esta esta interna, directora del grupo de bailes, les debe indicsar que algo nuevo se mueve tras las rejas. Algo que no se atrapa ni con rejas, ni con alamabradas. Es una revoluciónn posible de la que no nos hemos dado cuenta.
Es el tiempo de ayudar a esta propuesta.
Seguir Leyendo...
¿Qué toca pensar cuando te encuentras frente, ante tus ojos, a un milagro que era un sueño, que era quimera imaginada?
Para quienes se imaginan que estos hombres y mujeres no están tras las rejas y alamabradas. Esta es la estructura de seguridad en el Centro de Corrección y Rehabilitación de San Francisco de Macorís.
¿Qué ocurre cuando te tienes frente a ti lo que era impensable, sobre todo si se conoció muchos años antes , en los años 70´s, el infierno que eran los recintos carcelarios tanto para delincuentes “normales” o presos políticos, a los cuales el gobernante de turno definía como “políticos presos”?
¿En donde quedan los recuerdos cuando conocías de las torturas, los “chapeos”, los insultos, las solitarias cargadas de inmundicias o la corrupción que existía en los colmados de las prisiones propiedad de coronel fulano (grito a voces) aun cuando quien vendía era su preboste (un preso fuerte, duro, agresivo, de confianza, aliado de los oficiales, represor de sus compañeros)?
Dos internos muestran los ajíez que han cultivado. Al fondo, uno de los muchos murales que adornan las paredes en el Centro de SFM.
¿Qué tienes que decir cuando fuiste a conocer el primero de los Centros de Corrección y Rehabilitación, hace ya tres años , en Puerto Plata, justo al lado de una cárcel tradicional y el contraste era sarcástico y lo que mirabas allí no te parecía posible?
Uno de los internos, maestro artesano, muestra sus creaciones en Rafey Hombres, Santiago.
Eran dos edificaciones distintas. Una nueva no solo por la fecha de su construcción sino por el objetivo superior para abordar la misión de los nuevos centros y el otro, por el que había que pasar necesariamente (quedaba antes de llegar al recinto recién estrenado, separados por cuatro metros de un pasillo), con un personal de los Vigilantes de Tratamiento Penitenciario (VTP); el otro era la embajada del pasado carcelario. Era la representación de la mentalidad cavernaria. Era el consulado del criterio, afirmado por años de tanto repetirse: “el preso no es gente”
Era, el de Puerto Plata, un centro que tenía la seria responsabilidad de que otro modelo era posible, con objetivos de rehabilitar dignamente a los internos (que ya dejarían de ser llamados dirigido por una mujer abogada, enamorada de su trabajo. Quien nos dijo que ese proyecto existía fue Edith Febles.
Estos son los rostros de los nuevos Vigilantes de Tratamiento Penitenciario (VTP).
Tras un recorrido de periodistas a que convocó la Procuraduría General de la República y la Escuela Nacional Penitenciaria, que nos llevó al centro de San Francisco de Macorís, al centro que se termina en Moca y a Rafey, en Santiago, queda claro que una revolución social sectorial se ha desarrollado en el país en ignorancia de quienes no gustan de las buenas noticias.
Al final de la visita, Roberto Santana, director de la Escuela Nacional Penitenciaria, llama a que este proceso sea respaldado.
En esos centros se construye una nueva concepción de la misión de la rehabilitación penitenciaria basada en el respeto por la dignidad de la persona privada de su libertad, con oportunidades de capacitación desde la alfabetización hasta oficios técnicos (por los cuales quienes trabajan reciben su pago), con el desarrollo de las actitudes y talentos artísticos (incluyendo teatro, danza, artesanías, quehacer cultural).
El procurador General de la República, Radhamés Jiménez Peña, recibe a los visitantes a su llegada al Centro de Correción y Rehabilitación de San Francisco de Macorís.
La transformación de las cárceles en Centros de Corrección y Rehabilitación es probablemente el avance social más dramático y trascendente que ser verifica en la República Dominicana y contra el cual todavía mucha gente, incluso dentro del sistema penitenciario, no cree o no le conviene. Y tratan de hacer lo posible para que la oleada no cubra con sus beneficios todas las prisiones del país.
Otro de los interno, este entregado el cuerpo y alma a la música mexicana.
Es un proceso que necesita ser más difundido, promovido y defendido. No importa cual gobierno lo apoye . Este acontecimiento se inició durante el gobierno de Hipólito Mejía y lo ha continuado el de Leonel Fernández,. Esta es una causa en la que todo el mundo puede creer. Los hechos y las esperanza nos tienden la mano.
11 Comentarios
"Paseémonos por esta vida dejando buenas huellas"
Esta información me levantó el ánimo. No todo está perdido.