Tras ver Brujas somos todas, ( Santiago Moncada ) queda claro que calidad y comedia son compatibles, que país cuenta talentos de la actuación capaces de todo. El montaje muestra que cada entrega en escenario es parte de un proceso de luces y sombras. En este caso, muchísimas más luces que sombras.
La dominación aberrante de una parte elevadísima de hombres sobre una proporción igualmente elevada de mujeres y que tiene su máxima expresión de crueldad en las 100 mujeres asesinadas en los primeros seis meses del año 2012, es tocada en tono de comedia del tipo farsa, por el montaje No hay hombre que dure 100 años ni mujer que lo resista, con trama tomada inicialmente del libro de la puertorriqueña Rosaura Rodriguez, y que es montada en el país por vez primera en la Sala Ravelo, por parte de tres excelentes actrices.
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